Abstract

El trastorno neurocognitivo frontotemporal o demencia frontotemporal (DFT), es la segunda causa más frecuente de demencia en personas menores de 65 años. Se caracteriza por un déficit en el control inhibitorio, deterioro en diferentes habilidades adaptativas (cuidados personales, alimentación e higiene), y un marcado cambio en el comportamiento social. Esta sintomatología está estrechamente vinculada a la cognición social (CS), ya que la DFT afecta sobre todo la conducta interpersonal y social del paciente, debido a la alteración de sus representaciones mentales, es decir, la forma cómo se interpreta, analiza, recuerda y emplea la información para elaborar juicios y realizar acciones. De esta manera, se propone un programa de estimulación de la cognición social dirigido a pacientes con la variante conductual de la demencia frontotemporal, a partir del modelo cognitivo de la neuropsicología, el cual plantea que el funcionamiento de un sistema se puede entender con base en lo que ocurre cuando este sistema falla, es decir, la neuropsicología cognitiva, supone que un paciente lesionado va a intentar utilizar los mismos mecanismos de procesamiento cognitivo que una persona sana, menos los que se encuentren dañados; esto con el fin de discriminar los componentes o módulos que no funcionan correctamente para intentar su recuperación o mejoramiento.