Abstract
Durante las últimas décadas la cirugía cardiovascular ha tenido un desarrollo
considerable, esto en parte a los avances en el campo de la circulación
extracorpórea, con relación a las nuevas generaciones de oxigenadores, empleo
de circuitos recubiertos, drenaje venoso asistido por vacio, adicional a las nuevas
estrategias encaminadas al ahorro sanguíneo, que incluye tolerar valores de
hematocrito en limites inferiores o lo que se reconoce actualmente como anemia
permisiva. Este punto es clave puesto que en países como Estados la cirugía
cardiaca consume alrededor del 10% al 15% de todo el suministro de glóbulos
rojos anual, de acuerdo con las últimas guías de conservación sanguínea