Seroprevalencia de leucosis viral bovina en el trópico alto colombiano
Date
2010
Authors
Moreno Escobar, Fanny
Laverde Trujillo, Laura María
Berrío Betancur, Alina María
Arango López, Camila
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Abstract
La Leucosis Viral Bovina (LVB) es una enfermedad de distribución mundial (2,3,10) que
afecta todas las razas bovinas, cuyo agente patógeno es un oncovirus exógeno de la
familia retroviridae (2,3,5,9,13), el cual produce una enfermedad proliferativa en los linfocitos
B y en menor escala las células T, monocitos y granulocitos (14).
El virus se disemina de manera natural y iatrogénica por medio de vectores que
transfieren linfocitos de animales infectados a individuos susceptibles (8), tales como
sangre, leche, calostro, secreción nasal, saliva, semen y orina (9,13). De igual forma, la
transmisión ocurre por vía intrauterina, y en neonatos por consumo de calostro de
hembras portadoras del virus (3,13).
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La LVB tiene 3 formas de presentación, la más común ocurre en pacientes portadores
asintomáticos, seguido de aquellos con linfocitosis persistente, y por último, en bovinos
que desarrollan linfosarcomas (10,12,17). En las dos primeras formas no se observan signos
clínicos, mientras que en la última ocurre pérdida de peso, inapetencia, debilidad,
reducción de la producción láctea, linfonodos aumentados de tamaño, úlceras
abomasales, insuficiencia cardíaca congestiva (10,13). Es de anotar que la linfocitosis
persistente y el linfosarcoma enzoótico bovino se presentan por lo general en bovinos
adultos, mientras que en animales jóvenes la leucosis bovina esporádica, la forma juvenil,
tímica y cutánea son características (13).
Por medio de pruebas serológicas se detecta la presencia del virus y se diagnostica la
infección por LVB. La técnica de laboratorio utilizada para la detección del virus es la
Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), mientras que la inmunodifusión en agar
(AGID), el radioinmunoanálisis (RIA) y el ensayo de inmunoabsorción enzimática (Elisa)
se realizan para determinar la infección (13). La PCR es un método específico para el
diagnóstico directo y detección precoz de la enfermedad; el AGID es una prueba con una
especificidad del 98% y una sensibilidad del 98.5% (3), la RIA por su exactitud es una de
las pruebas más sensibles y útiles para la detección de anticuerpos anti-LVB e idóneo
para el diagnóstico individual de animales; finalmente, la Elisa en suero es más sensible
que los demás análisis serológicos (5,13) y en leche facilita la detección del virus en
individuos o muestras de leches combinadas (13).
La prevención y el control de la enfermedad se logran a partir de buenas prácticas
higiénicas y sanitarias, identificación, aislamiento o sacrificio de animales positivos (5,12).
No existe tratamiento médico curativo para la LVB (3,13) ni vacuna comercial disponible
hasta el momento (10), sin embargo, la OIE reporta la existencia de una vacuna
experimental elaborada a partir de células vivas de bovinos infectados con LVB pero con
un efecto de corta duración (3).
En 1871 en Alemania se describió por primera vez la LVB (13), mientras que en Colombia
sólo se comenzó a hablar del tema en 1957 cuando se reportaron los primeros casos de
la enfermedad (2). En la actualidad, su seroprevalencia varía de un país a otro, siendo
frecuente su presentación en América del Norte, América del Sur y Europa, donde es
posible encontrar rebaños con tasas de seroprevalencia que oscilan entre el 0 y el 100%
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(13). En Colombia se reporta una seroprevalencia del 24.9% para la Región Andina, 14.4%
en la Región Caribe y 15.3% para el Piedemonte Llanero (2). La enfermedad es más
frecuente en ganado de leche donde se calcula que afecta el 20% de la población bovina
adulta en Estados Unidos, el 11% en Canadá, el 27% en Francia y el 37% en Venezuela
(13). La incidencia de la enfermedad y la propagación del patógeno es mayor en hatos
lecheros (48%) en animales adultos (3) con alta población de vectores y prácticas
higiénicas deficientes, los cuales pueden registrar tasas de mortalidad entre el 2 y el 5%
(13).
La LVB genera grandes pérdidas económicas por los gastos que tiene que asumir el
productor en tratamientos sintomáticos, muertes prematuras y reemplazo de animales
enfermos (9), sumado a la disminución de la producción láctea, la infertilidad, los
decomisos de canales y las restricciones de importación y exportación impuestas por
algunos países (9,12). Ante dicho panorama, países como Finlandia y Lituania han
establecido políticas de erradicación basados en los estándares de la OIE y hoy tienen el
privilegio de ser territorios libres de LVB (1,10).
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Keywords
Colombia, Ganado bovino, Medicina veterinaria, Ganado bovino - enfermedades