Emociones que liberan: proyecto para fomentar la gestión emocional entre madres privadas de libertad con hijos dentro y fuera de las cárceles.

Abstract

La crisis carcelaria que actualmente se vive en nuestro país, ha venido generando repercusiones físicas, como el hacinamiento, fallas en los programas alimenticios y deterioro en la infraestructura al interior de las prisiones; así como también repercusiones a nivel de salud mental en toda la población que se encuentra recluida. Dentro de estas personas, las madres privadas de la libertad se reconocen como una población con mayores vulnerabilidades puesto que tienen que enfrentar problemas de exclusión y estigmatización de cara al futuro, así como infancias y juventudes propias marcadas por la violencia, situaciones de pobreza económica, culpabilidad, ansiedad, depresión, pérdida de autonomía e identidad. La ley 65 de 1993 del código penitenciario y carcelario, establece la importancia de respetar los derechos fundamentales de las personas privadas de la libertad sin importar su condición de reclusión, incluyendo el acceso a programas de intervención que favorezcan el acceso a programas de acompañamiento psicosocial para reducir los efectos negativos en la salud mental que se derivan de la privación de la libertad. Por otro lado, en consideración a la ley estatutaria 1616 de 2013, se determina la importancia de brindar atención integral que promueva la salud mental a nivel nacional, incluyendo el contexto carcelario. En este sentido, es una obligación el acompañamiento de la población a nivel de normativa nacional, por lo cual se respalda la necesidad de implementar acciones en pro de la salud mental. A lo anterior se suma que teniendo en cuenta las “reglas de Bangkok” aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, se especifica que el sistema carcelario debe generar programas que se adecuen a las necesidades de madres privadas de libertad que estén embarazadas, lactantes y con hijos. Entre las prioridades estipuladas, una de ellas fue determinar servicios apropiados para las madres privadas de libertad que se enfoquen en el apoyo psicológico (Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 2013). A partir de lo anteriormente dicho, se identifica que persisten vacíos significativos en el abordaje de esta situación en Colombia, sobre todo se encuentran carencias en las intervenciones psicológicas que puedan generar efectos positivos en la experiencia carcelaria de las madres, específicamente acercarse a la problemática de forma integral, considerando aspectos como la dimensión emocional y las redes de apoyo familiares y sociales. Se reconoce la necesidad de implementar abordajes que sean más amplios y que no se centren en la patología sino en una visión global de la salud mental, implementando recursos que sean más de tipo psicosocial. De no realizarse, se podría llegar a una mayor afectación en la salud mental de las madres en cárceles y a su vez, podrían seguir aumentando las repercusiones negativas del encierro y el desligamiento del vínculo con sus hijos. A pesar de este marco normativo, las realidades prácticas en las cárceles colombianas a menudo no cumplen con estos estándares, lo que intensifica la necesidad de intervenciones psicosociales que vayan más allá de la atención médica básica y consideren la salud mental de estas madres. El diseño de programas adecuados para el acompañamiento emocional y psicológico, así como el escaso acceso a servicios de apoyo familiar y comunitario, implican grandes aportes para el campo de la salud mental y la disciplina de la psicología.

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Keywords

Madres, Emociones, Gestión emocional, Crisis carcelaria, Colombia

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