Identidad personal y condición social. Sobre los referentes últimos de la ética
Resumen
Tanto desde una óptica tradicional (religiosa) como desde una perspectiva moderna (secularizada) se conviene en que los humanos poseemos un valor propio incondicionado, absoluto. La realidad y consistencia de dicho valor implica también el reconocimiento de la existencia de un vínculo indisoluble entre nuestra dimensión personal y nuestra condición social, y el advertir y esclarecer este vínculo se convierte en una condición para que el reconocimiento de nuestro valor moral incondicionado sea más que una declaración y llegue a constituir una exigencia individual y colectiva de todas nuestras prácticas. En lo que sigue intento describir este acuerdo de principios en la valoración de los individuos, así como reflexionar acerca de la correspondencia y vinculación esencial entre nuestra dimensión individual y nuestra condición social, que es lo que manifiestan las palabras de Pierre Grassé citadas aquí como epígrafe. Al final se aborda también la oposición entre religión y secularismo, a propósito del valor de la vida.Impacto
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