Abstract

La piel es el órgano más extenso de los vertebrados y está encargada de la protección del animal contra agentes externos. Los mastocitos son una parte importante de esa defensa, pero por una alteración en la replicación de ellos se puede generar una enfermedad denominada mastocitosis cutánea maculopapular pigmentada, o urticaria pigmentosa. En el siguiente manuscrito se expondrá un caso clínico de una gata mestiza de 4 años, la cual ingresó a consulta especializada por presentar problemas dermatológicos desde hace 2 años atrás. La paciente presentaba pápulas y grandes costras en las regiones del dorso, costado y cabeza, además de eritema en cara, por lo que se realizó citología superficial por hisopado, biopsia de piel e inmunohistoquímica para llegar al diagnóstico de urticaria pigmentosa. Se inició tratamiento con antihistamínicos y ciclosporina y luego de dos meses con el tratamiento instaurado se evidenció una mejoría notable en la paciente, sin presencia de prurito y con disminución de las lesiones dermatológicas que presentaba.