Resumen

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el suicidio como “un acto con consecuencias fatales que es iniciado y realizado deliberadamente por una persona contra sí misma, con el conocimiento o expectativa de que el resultado es fatal”. El suicidio ha sido considerado en los últimos años como un problema de salud pública, pero al evaluar las cifras descritas en los diferentes estudios no se muestra la información relacionada con todas las situaciones de tentativa de suicidio. La razón es aparentemente lógica, los registros de mortalidad permiten “contar y registrar” los hechos consumados, pero difícilmente podemos evaluar los registros clínicos que se generan de la atención de las personas que han intentado quitarse la vida, además de la dificultad para establecer si una situación particular coincide o no con las características de una tentativa de suicidio. Además, la información sobre intento de suicidio es más difícil de obtener debido a que ella es generada por sistemas de vigilancia local y encuestas que dependen del auto reporte. El suicidio es una de las principales causas de muerte en el mundo y es un importante problema de salud pública. Entre quienes tiene de 15 a 44 años las lesiones auto inflingidas constituyen la cuarta causa de muerte en el mundo y la 6ª causa de discapacidad y pérdida daño a la salud. En muchas partes del mundo el suicidio es estigmatizados y condenando por razones religiosas y culturales. En algunos países, el comportamiento suicida es una ofensa criminal castigada por la ley. El suicidio es a menudo un acto secreto rodeado de tabú, y puede ser no reconocido, mal clasificado o deliberadamente ocultado en los registros oficiales de muerte