Abstract

Las relaciones de pareja son un aspecto central de la vida de todos los seres humanos que influye en su felicidad y bienestar (Urbano Contreras et al., 2021), como también en aspectos negativos como lo son la traición, la desconfianza, los celos exagerados, el exceso de responsabilidad, entre otros (Smeha & de Oliveira, 2013). Vivir una relación estable y duradera de pareja, se convierte en una de las metas más importantes que los adultos jóvenes deben cumplir en esta etapa (Rivera Constanza Cruz & Muñoz, 2011), ya que la satisfacción en las relaciones de pareja influye fuertemente en el bienestar físico y psicológico (Urbano Contreras et al., 2021). El proceso para vivir relaciones sanas y deseadas comienza desde la infancia y está vinculado con la capacidad de tener relaciones íntimas en la adultez (Rivera Constanza Cruz & Muñoz, 2011). Weiss (1991) menciona que en la adultez, buscar nuevas figuras de apego se ve impulsada por el deseo de obtener una maduración a nivel social y sexual, así como un anhelo de aumentar la autoconfianza y necesidad de independencia (Melero Cavero, 2008).